86 misivas a sus padres, desde un campo de trabajos forzados La correspondencia fue hallada oculta en un baño en Amsterdam y entregada a una sobreviviente de la familia, que la acaba de publicar. Por: Robin D. Schatz Fuente: Nueva York, Bloomberg.
En 1997, un experto holandés en demoliciones halló dos paquetes de correspondencia que habían permanecido ocultos décadas en el techo del baño de una casa en el este de Amsterdam, Holanda. Había 86 cartas, una tarjeta postal y un telegrama, todos escritos en un lapso de cinco meses en 1942 por el adolescente judío Philip "Flip" Slier a sus padres en Amsterdam. El joven había sido enviado, como muchos otros muchachos saludables, al campamento de trabajo forzado de Moolengoot en la Holanda ocupada por los nazis. Las cartas acaban de ser publicadas por vez primera en un conmovedor libro titulado "Hidden Letters" (Cartas ocultas, Star Bright Books). El libro está ilustrado profusamente con más de 300 fotos, mapas y otros documentos históricos que enmarcan lo vivido por Flip y su familia. El experto en demoliciones entregó las cartas al Instituto de Documentos de Guerra de los Países Bajos, y de allí la correspondencia llegó a manos de la prima de Flip, Deborah Slier, en 1999. Editora de libros para niños en Nueva York, ella se crió en Sudáfrica y nunca conoció a Flip, que tenía 18 años cuando lo mandaron a Moolengoot. Slier, que ahora tiene 76 años, se asombró al recibir la llamada. "Pensé: 'Tengo que traducir estas cartas al inglés, tengo que publicarlas' ", dijo la editora durante una entrevista con Bloomberg en Nueva York. "Y, según las iba leyendo, comprendí que yo no sabía casi nada sobre la Holanda de los tiempos de la guerra, así que me dediqué a descubrir lo que había pasado." El libro contiene notas de Slier y su marido, el médico y autor Ian Shine, de 75 años. Las cartas fueron traducidas del holandés al inglés por Marion van Binsbergen-Pritchard. La primera carta de Flip lleva fecha de 25 de abril de 1942: "Llegué al campamento. Es bastante cómodo. Una cama razonable, tres frazadas. Limpio. Buena atmósfera, gente decente. Tenemos muy poca libertad." Como en muchas de las cartas, pide a su familia que le envíe provisiones básicas: una campera, zuecos ("los necesito urgentemente") y un cuchillo para acampar. Los nazis mataron a cerca del 80 por ciento de la población judía de Holanda, unas 100.000 personas, durante la ocupación del país, según se enteró Slier en el transcurso de sus investigaciones. La personalidad de Flip se va dibujando poco a poco en las cartas. "Es una persona generosa y bondadosa y reflexiva. No sé de muchos jóvenes de 18 años que les escriban casi a diario a sus padres. Está preocupado por ellos", dijo Slier. A menudo el joven trata de calmar los temores de sus padres en cuanto a su propia salud y seguridad: "Les ruego que no se preocupen por que yo esté aquí. Yo no lo hago", escribe al final de su carta del 24 de mayo. Pero según pasan las semanas y los meses, y la guerra no da indicios de acabar, Flip habla en sus cartas de otros reclusos que han escapado y de sus propios planes de hacerlo si las autoridades cierran Moolengoot y envían a los hombres a los campamentos de exterminio. Le preocupa, también, que dentro de poco los alemanes se lleven a su padre. "Me alegro de que papá no se ha ido aún", escribe el 2 de agosto de 1942. "Mientras hay esperanza hay vida". Flip se esfuerza por mantener el optimismo, aun cuando las condiciones empeoran en el campamento. "Pienso que a Flip nunca se le ocurrió que no sobreviviría", dijo Slier. "Habla de escaparse a Suiza. De hecho, logra fugarse del campamento." Tras ocultarse en casa de una familia campesina, Flip regresa a Amsterdam con documentos falsos y se tiñe el cabello. Trabaja a escondidas en un restaurante, pero no llega a huir a Suiza. "Lo arrestaron por no llevar su estrella amarilla", dijo Slier. "Nos consta que debe haber luchado cuando lo arrestaron, porque sus documentos de detención dicen que tenía una herida en la boca." Al igual que con una buena novela, es difícil soltar el libro antes de leer todas las cartas. La última carta de Flip a sus padres es del 14 de septiembre de 1942. "Hoy me dieron trabajo en otro sitio. Ahora tengo que caminar casi una hora por la mañana y luego cortar terrones de hierba. Un trabajo sucio. Me pesa más y más." Tras su arresto, Flip fue enviado al campamento de exterminio de Sobibor, en Polonia, donde probablemente fue asesinado. A la mayoría de los prisioneros los mataban en una cámara de gas a pocas horas de su arribo. El círculo de familiares y amigos de Flip no corrió mejor suerte: al menos 20 de ellos murieron en Auschwitz durante septiembre de 1942. Es inevitable que la gente compare las cartas de Flip con el diario de Ana Frank. Son muy distintas, apuntó Slier. "El de Ana Frank es esencialmente el relato de una niña confinada a un apartamento y no cuenta lo que sucede al resto de Holanda. Lo que les sucedió a Flip y su familia y los documentos, creo, pintan un retrato de la Holanda durante la guerra. Murieron muchos otros holandeses, además de los judíos." (Del diario Clarín) |