Una puerta abierta al conocimiento Por la Dra. Corina Schvartzapel
Casi un millón de personas en el mundo padece de esta forma de cáncer. En general, el término linfoma es utilizado para nombrar el cambio derivado de la multiplicación o crecimiento anormal de células del tejido linfático. Trastorno neoplásico es la denominación más específica de esta perturbación celular. Asimismo a los linfomas se los llama tumores sólidos para diferenciarlos de las leucemias.
TEJIDO LINFÁTICO No es tan frecuente la divulgación del conocimiento del sistema linfático como si lo es el sistema de la circulación sanguínea El sistema linfático esta formado por una extensa red de vasos (los conductos linfáticos), ganglios y los órganos linfáticos que constituyen las estructuras anatómicas asociadas. Estos órganos linfáticos se agrupan, según su función, en centrales como la médula ósea y el timo y periféricos como los ganglios linfáticos, el bazo, los folículos ganglionares anexados en los tejidos del tubo digestivo, bronquiales, amígdalas, adenoide, etc. Además hay zonas linfoides en la piel, tejido conectivo y otros. En los espacios del tejido conectivo (tejido que enlaza y sostiene diferentes estructuras) se originan los vasos linfáticos a partir de conductos de pequeño diámetro, los capilares linfáticos. Estos desembocan en vasos colectores de mayor tamaño que a su vez drenan hacia los conductos torácicos izquierdo y el conducto linfático derecho. Estos conductos se vacían a ambos lados de la base del cuello, a nivel de la unión de la vena yugular y subclavia. Tanto los vasos sanguíneos como los linfáticos son un sistema arborizado de tubos que transportan elementos celulares suspendidos en una sustancia líquida. Pero a diferencia de los vasos sanguíneos que trasladan sangre, los vasos linfáticos acarrean linfa, un líquido transparente ligeramente amarillento. ¿Acaso fue su aspecto transparente el que primó en la elección del vocablo linfa (agua en latín) y luego derivar en linfático para nombrar a los vasos que la transportan? Pero el término linfático también se aplica en medicina cuando se habla de temperamento indolente o flemático. Estas palabras son muy usadas en el lenguaje común y existen muchas ideas afines para su significado. Me atrevo a pensar que posiblemente, en su origen el vocablo linfático también fue elegido porque con mucha tranquilidad y parsimonia el sistema espera el envío del exceso de sustancias producidas por las células, los líquidos que escapan de los capilares y vénulas hacia los espacios del tejido conectivo y los productos de desecho. En los mamíferos a lo largo de los vasos linfáticos existen grupos compactos de linfocitos encapsulados, los llamados nódulos o ganglios linfáticos, encargados de filtrar la linfa y de actuar como una estación para el tráfico de las diversas células del sistema inmune. Por todo esto el sistema linfático constituye un centro de actividad inmunológica que espera sin apuro cualquier sustancia extraña o microorganismo que pueda afectar la armonía del cuerpo. LINFA La linfa proviene del exceso de los líquidos contenidos en los tejidos corporales, que además contiene proteínas, células inmunes y productos de desecho. Los vasos linfáticos vehiculizan aquellos líquidos desde los espacios tisulares de todo el organismo hacia la circulación sanguínea. Otra de las funciones del sistema linfático es mantener constante el nivel de las proteínas plasmáticas, Resumiendo: parte del plasma sanguíneo que atraviesa las paredes de los vasos capilares, se difunde por los intersticios de los tejidos y, después de cargarse de las sustancias producidas por la actividad celular, circula en los vasos linfáticos hasta incorporarse a la sangre venosa. Como mencioné más arriba, sumada a esta actividad circulatoria, el sistema linfático se encarga de otras funciones como la inmunológica y la regulación en la formación y desarrollo de los elementos celulares de la sangre. Asimismo los órganos linfoides son muy ricos en células del sistema inmune natural, que las faculta para la primera línea de resistencia que poseen los individuos frente a acciones nocivas. Esta es una función propia de los organismos vivos. La inmunidad natural, a diferencia de la adquirida, no es específica a un determinado microorganismo o sustancia extraña. Por ello se la reconoce como la primera línea de resistencia a todo lo registrado como no propio del cuerpo. Esto explica por qué diferentes cuadros clínicos pueden manifestar el agrandamiento de los ganglios y órganos linfáticos. Y constituye la expresión del sistema inmune frente a todo lo que es extraño al organismo. Son las diversas funciones las que potencian el tejido linfoide. LINFOMAS Las clasificaciones recientes de los linfomas malignos, se basan en el tipo celular predominante y en su grado de maduración. Por ejemplo, la enfermedad de Hodgkin se distingue por un tipo celular específico; las células observadas al microscopio en el linfoma no Hodgkin son diferentes Ya en 1832 el médico Thomas Hodgkin describió la enfermedad y observó varias características que la distinguen de otros linfomas. Esta dolencia, en la actualidad, sólo representa el 10% de los linfomas. Por el contrario el linfoma no Hodgkin (LNH) es más frecuente. Una forma particular dentro de los LNH es el linfoma de Burkitt; que fue descubierto en niños que habitaban ciertas zonas de África; hoy en día se presenta en Europa y América. La característica de este linfoma es su predominio en niños y su altísima velocidad de crecimiento Sólo la forma africana está estrechamente asociada con el virus Epstein-Barr (VEB), que a su vez está relacionado a la mononucleosis infecciosa. El linfoma de Burkitt se puede notar inicialmente como una inflamación de los ganglios linfáticos del cuello, la ingle, debajo de la mandíbula o por debajo del brazo. Estos ganglios inflamados son indoloros, pero pueden crecer rápidamente. La forma que se presenta en América o en Europa suele manifestarse como un tumor ganglionar abdominal. La mayoría de los casos de linfoma de Burkitt se observan en el sexo masculino. CONCLUSIÓN Es frecuente que los pacientes refieran síntomas generales que en ocasiones preceden a la inflamación ganglionar. Estos síntomas son fiebre sin causa aparente, prolongada y variable (a veces ondulante)-FOD*-, sudoración nocturna y pérdida de más del 10% de peso corporal en los últimos seis meses. También presentan alteraciones de laboratorio inespecíficas, como por ejemplo anemia. Entonces es preciso tener presente que distintas enfermedades o cuadros clínicos pueden cursar con adenomegalias (agrandamiento de los ganglios o de las glándulas) las cuales pueden ser inflamatorias como las enfermedades o procesos infecciosos, o de proliferación neoplásica como los linfomas. Por lo tanto para establecer el diagnóstico de linfoma es obligatorio elaborar una detallada historia clínica y un exhaustivo examen físico del paciente. La determinación de linfoma se hace por el estudio microscópico de un ganglio o del tejido extraganglionar comprometido. Además se estudiará el material con técnicas especiales de laboratorio, y poder situarlo dentro de la clasificación de los diversos linfomas para establecer su tratamiento. Poco se conoce sobre las causas que producen la transformación neoplásica del tejido linfático. Probablemente intervenga una disrregulación en el mecanismo inmunológico. Cuando un virus, como el VEB u otros infecta una célula, esta se altera y el organismo trata de eliminarla. Pero en algunos individuos, por problemas genéticos o adquiridos, el aparato inmune no logra descartar la célula infectada. Esta célula al persistir adquiere con el tiempo otras alteraciones que le confieren características neoplásicas. Este planteo es de interés por el aumento de linfomas en los pacientes con infección por VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) u otros estados de inmunodepresión. *FOD: Fiebre de Origen Desconocido, nota publicada en MUNDO ISRAELITA el 2 de noviembre de 2007. |