miércoles, 05 de septiembre de 2007 |
A la luz de los recientes acontecimientos en Gaza, tomado por las fuerzas de Hamas, veo en las publicaciones, en general, un cierto optimismo respecto al futuro inmediato.
Los principios en que se fundamentan son que ahora Gaza (Hamas) quedaría aislado y todos apoyarán a Abbu Mazen en Cisjordania, donde un reino palestino moderado, tratará por fin de avenirse a una paz estable con Israel, partiendo de la base que los extremistas islámicos perderán fuerza donde impere Al Fatah y serán circunscriptos a Gaza.
Creo que es una simplificación peligrosa, es más: todo me hace suponer que estamos frente a una doble amenaza de mayor peligro que la que entrañaba la situación anterior para la supervivencia de Israel.
Tal como yo lo veo, tanto Gaza como Cisjordania serán objetivos de Irán con su teocracia y Siria con su apoyo irrestricto a todo lo que sea anti Israel. Cuando Sharón desconectó Gaza lohizo antes de que sus habitantes pasaran en conjunto a formar parte de un grupo islámico extremista, como ahora lo son, ya no hay laicos que puedan hacer oír su voz allende las fronteras de Gaza.
Tanto Irán como Siria están proveyendo de dinero, armas y hombres a Hamas, como también lo hacen con Hizbollah en el Líbano y la hermandad musulmana en Egipto.
No nos engañemos, tanto Jordania como Egipto y el Líbano tienen grupos extremistas con poder y fuertes motivaciones religiosas que los llevarán antes o después a tomar el poder en los países antedichos. Siria sería la excepción pues tiene una estructura de represión cimentada y se autoproclama como gobierno socialista aunque poco tenga de ello.
Por raro que parezca, sería más probable un diálogo con Siria que con países gobernados por un gobierno islámico al estilo de Irán, o con otros gobiernos en que una dirigencia religiosa tome el poder.
Si hacemos un poco de historia y nos remontamos a la matanza de Septiembre Negro, veremos que es en Jordania donde desde hace ya mucho tiempo las fuerzas islámicas pugnan por hacerse del poder y es muy probable que ya estén en contacto directo con los habitantes de Cisjordania a quienes todo los une. El régimen monárquico de Jordania no tiene sustento en el tiempo y pese a la ayuda de EE.UU., las fuerzas interinas islámicas de fuerte tenor religioso tomarán el poder; tienen una gran motivación dentro de las masas y son seguidos por todos los oprimidos del reino hachemita, o sea, la mayoría de la población.
Otro tanto ocurre en Egipto, país con gran atraso en todos los órdenes, en cuyo seno la hermandad musulmana, con sus distintas variables, ha captado el favor de las masas desposeídas contra el régimen despótico de una elite gobernante. Si antes les faltaba una motivación, ahora la tienen en aras de un gran reino islámico, algo que Nasser proclamó pero le faltó la ideología que ahora tienen y es el gran sustento de su accionar.
En el Líbano los grupos de Hizbollah y Fatah al Islam han demostrado, acicateados por irán y Siria, que superan ampliamente el poderío del ejército regular libanés, también infiltrado en gran medida por islámicos religiosos al estilo Irán; se sabe que poco podrá hacer el ejército libanés si los grupos insurgentes decidieran de pronto avasallarlos.
Todo esto nos da un panorama negro para el Estado judío, rodeado de millones de fanáticos con alta tecnología militar y con fuerte compromiso ideológico.
Y ello ocurre ante los ojos ciegos de la dirigencia europea que sigue coqueteando con los regímenes terroristas, aún a pesar de que los dirigentes de dichos países proclaman, puerta adentro, que toda Europa y todo el orbe serán musulmanes pues así lo proclaman sus imanes y teólogos en todo lugar en que puedan hacerlo (Londres incluido).
Por tanto, con una camada de dirigentes europeos complacientes e ineptos, con una dirigencia demócrata que priorice otros objetivos antes que la seguridad de Israel, nos encontraremos en una situación harto difícil para nuestra seguridad.
Esta transformación de Gaza en un bastión de Hamas se corresponde con una planificación meditada por parte de nuestros enemigos y no considero que sea motivo de alegría ni de entusiasmo alguno, tal como se publica en la prensa de hoy.
Como siempre, Israel sólo cuenta con sus habitantes y los hermanos dispersos en la diáspora. Espero estar errado en mis apreciaciones pues no será suficiente ante lo que se está armando en su contra.
Nuestros enemigos no tienen prisa, pueden esperar y, mientras tanto, cultivar la cultura de la muerte entre sus fieles: no les molesta cuántos muertos propios tengan, y eso es muy peligroso pues no cultivamos esa ideología de muerte y no tenemos tantos partidarios como para darnos el lujo de perderlos.
Tal vez surjan elementos que me permitan ser más optimista en un futuro, pero creo que hay que ser cuidadosos, no soñemos utopías cuando el panorama no tiene elementos para sustentarlas.
Isaías Leo Kremer
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